jueves, agosto 31, 2006

Repost prometido, dedicado a Pierce y a julius bird: ¿El fin de la reconstrucción? Iª-Parte.

Los míticos Celtics cumplen 20 años desde la consecución de su último campeonato y la muerte de su 'mesias': Len Bias.

Primer año después del 20 aniversario de la consecución de su último título y de la muerte del que se puede considerar el 'mesías' particular de los Boston Celtics. Sin duda, la franquicia más laureada de la historia de la NBA a base, no de oro ni de glamour, sino de trabajo, orgullo ('pride') y suerte (la 'lucky' del leprechaun). En los años 60 los Celtics encadenaron una racha de 9 anillos consecutivos y de un total de 11 en 13 años, todos bajo el madato del gran Bill Russell, el jugador más competitivo y mejor defensor de la historia del baloncesto, traído, eso sí, por el portador del espíritu del leprechaun: Arnold 'Red' Auerbach.

El año 86 marca el inicio del fin de la hegemonía de los Celtics y su gloria en la NBA durante casi 30 años porque, aunque no se ganaran más de 2 anillos durante los años 70 y tres (aunque muy grandes) durante los 80, no cabe duda que los Celtics se mantuvieron como superpotencia hasta la retirada de su última gran estrella, Larry Bird (en el fatídico 1992, a causa de sus ya insoportables problemas con la espalda). Solo hace falta repasar cualquier archivo histórico para observar que los Celtics, aún en los años en que no ganaban el anillo, hacían los mejores récords durante la temporada regular (por ejemplo: temporada 72-73, New York Knicks campeón, Bill Russell retirado, Boston, 68-14).

En este post, yo quiero considerar a Len Bias como el símbolo de la caída de todos esos valores, cimientos y títulos que definieron a los Boston Celtics durante este período de grandeza céltica. Voy a considerarlo como al mesías particular de los míticos y místicos Boston Celtics, que vino a la tierra como el prometido que debía de hacer perdurar la especial hegemonía de los verdes sobre el resto de mediocres o grandes pero no tan especiales franquicias, como la elegida por el espíritu de los millones de irlandeses que emigraron a estas tierras desde siglos atrás. Con la muerte de Len Bias el 19 de Junio de 1986, el espíritu céltico irlandés del trébol, el arpa y el leprechaun, se esfumó con el viento, con el humo de las típicas 'pipas' irlandesas de fumar tabaco. El leprechaun, ya marchito, no pudo hacer nada para retenerlo por más tiempo y los Cetics, abandonados por la fortuna, tuvieron que adentrarse en un mar de sufrimiento y lamentaciones, con alguna que otra alegría que les permitió sobrevivir durante estos 20 años de decadencia.

Pero ahora yo quiero soñar. Quiero pensar que esta larga marcha sin rumbo a través del desierto a llegado a su fin. Quiero creer que la muerte de Len Bias y la trayectoria posterior hasta hoy de los Celtics formaban parte de un plan. Quiero imaginarme una profecía; una profecía en la que los Celtics son la franquicia 'elegida' de la NBA, lo que la convierte en la más especial de todas y lo que la hace tener que soportar, en contraposición a su legendaria época de 11 anillos en 13 años, 20 años de agonía que, sin embargo, no han mermado en modo alguno las ansias de victoria, la ilusión, la belleza y el orgullo de ser un celtic. Quiero y pido finalmente, a todos aquellos que amen el baloncesto, que tengan fé en los Celtics, porque me parece que los 20 años de esa imaginada profecía han llegado a su fin y que de alguna manera, marcan el comienzo del final de la reconstrucción más prolongada del mejor equipo de baloncesto de todos los tiempos: los Boston Celtics.

domingo, agosto 27, 2006

Mi Memories.

Este post está dedicado en especial y con toda la sinceridad del mundo a julius bird.

Allá por marzo del 2006 yo había empezado no hacía demasiado tiempo a escribir en el blog de Daimiel. Allí decubrí un lugar nuevo en el que poder compartir abiertamente todas mis ideas baloncestísticas y en especial de la NBA con gente que adoraba el basket tanto o más que yo. Entre ellos estaban al principio juanejo, pacus y otros más que no recuerdo ahora mismo. Poco a poco empezaron a incorporarse (al menos desde que yo lo hice) gente como wayne robinson, sixers29, más tarde apareció McMillan, etc.. (perdón si me olvido o ofendo a alguien, estoy escribiendo en la marcha). Un buen día apareció un tal nick que se hacía conocer por julius bird, lo recuerdo perfectamente como si fuera ayer, un personaje que hacía unos comentarios muy imteligentes e irónicos que me hacían reir un montón. Recuerdo también que al principio yo le llamaba bromeando Dr. Bird. Pues bien, este julius bird dejaba al final de sus comentarios en el blog de Daimiel una invitación a visitar otro blog sobre baloncesto. Yo no dudé en visitarlo desde el primer momento, pero al proncipio me fue imposible dejar ningún comentario porque no era capaz de registrarme. Aquí tenemos la primera (o segunda) virtud de julius, como lo llamo ahora: humildad en letras mayúsculas, ¿por qué digo esto?, porque yo no descubrí que el blog que nos recomendaba era de su factura personal hasta varios días después de visitarlo (julius nunca decía "hacercaros a mi blog", decía: "podéis pasaros por este blog". Bien, el primero que tuvo el honor de escribir un comentario en el blog de julius fui yo, e inmediatamnet después apareció juanejo. A partir de ahí ya todos conocéis la historia (por supuesto, el maestro peter mihm es caso a parte, él juega en otra liga). Bien, pues como ya todos sabréis hace pocos días julius nos dejó; dejó de deleitarnos con su arte a la hora de mostrar sus pensamientos, plagados de preciosas imágenes de baloncesto clásico y una buena dosis de música y cine del bueno, no hace pocos días julius nos privó de su talento e intelecto ilustrativo e imaginativo.

Yo he escrito esto porque el otro día durmiendo me pensé lo de MIKANVERSUSKNICKS por segunda vez y lo ví de otra forma. Me sentí endeudado, me sentí endeudado con julius, recuerdo (y él seguro que también) el día que yo decidí crear mi propio blog, con toda la ilusión del mundo (años atrás había intentado hacer una página web pero no supe, y con este blog conseguí consumar mis ansias de contar todo lo que yo había aprendido sobre la NBA).

Pues bien no era más que eso, al menos un reconocimiento a julius y para que sepa que yo siempre me voy a acordar de cómo llegué hasta este punto en el que estoy, al fin y al cabo para eso (y por eso?) julius y yo somos aficionados al baloncesto retro (y yo además, estudiante de Hª). Me gustaría por último pedirle a julius que recapacitase su decisión y si, al final sigue todo igual, que por lo menos me demuestre que realmente lo ha hecho habiéndolo reflexionado correctamente, sino yo tampoco voy a poder continuar con mi blog. Y todo esto también para que los que no pudistéis estar desde un principio, sepáis cómo empezó todo.

LO ÚNICO MÁS GRANDE QUE WILT (rezaba uno de los primeros post de julius).

Decía: EFECTIVAMENTE, LAS BANDERAS Y ESTANDARTES DE LOS BOSTON CELTICS. PERO SOLAMENTE ELLOS LE HAN SUPERADO Y LE SACAN LA CABEZA A SU MITO, ¿EH? Y yo ahora añado: "julius bird también me pasó por encima".

mikanversusknicks: viernes, marzo 31, 2006. Y tampoco me olvido de el post que rezaba GIGANTE, de unos días antes (ni de otros muchos, pero había que escoger una muestra de lo más selecto).

N: este post lo tenía empezado desde hacía unos días pero no pude terminarlo antes por falta de tiempo. De hecho me he enterado mientras lo terminaba de la GRAN NOTICIA DE LA NECESITADA, SOLICITADA POR PETICIÓN POPULAR Y OBLIGADA (ES QUE OTRA COSA CARECE DE COHERENCIA) VUELTA DE MIKANVERSUSKNICKS. Bien, esperemos que todo vuelva cuanto antes a la normaliad y armonía de antes.

viernes, agosto 25, 2006

Las drogas en la historia de la NBA.

Algunos de los casos más destacados de la Hª de la NBA a este respecto son los siguientes:

David Thompson, un jugador con talento de sobra para liderar una franquicia con aspiraciones pero al que las drogas le impidieron alcanzar su techo. David Thompson fue seleccionado en el primer lugar en el draft de 1975 por los Hawks pero no dio el salto hasta la temporada 76-77 de la mano de los Denver Nuggets y con sus 26 puntos de media respondió a las expectativas que generó al ser elegido en lo más alto del sorteo universitario. Ese mismo año y los dos posteriores, David Thompson jugaría el All Star. El calvario empezaría en la temporada 79-80 en la que se pasó en blanco 43 partidos por culpa de una lesión pero su rendimiento en la pista no generaba dudas, Thompson seguía jugando a muy buen nivel aunque sus números empeoraron debido a la disminución de minutos. Más tarde, en la temporada 83-84, “The Skywalker” solo pudo jugar 19 partidos, las drogas y el alcohol acababan con la carrera de este “funky man” conocido por sus impresionantes vuelos y por una de las mejores actuaciones individuales de la historia de la NBA, el 9 de abril del 78, cuando anotó 73 puntos frente a Detroit que no fueron suficientes para alzarse con el título de máximo anotador de la liga en detrimento de George Gervin. Después de su retirada prematura pasó un tiempo en la cárcel donde consiguió desintoxicarse. Hoy en día, se dedica a ayudar a jóvenes jugadores de baloncesto para que no cometan los errores que el cometió.

Michael Ray Richardson. Tras ser cuatro veces All Star y liderar la liga en robos y asistencias en una misma temporada, el otrora jugador de Knicks, Warriors y Nets fue suspendido por dos años en 1986 por consumo de cocaína. A sus 31 años, parecía el momento más oportuno para dejar definitivamente las pistas, pero Richardson tomó una decisión mucho más acertada. Tras un fugaz paso por la CBA, el base hizo las maletas y cruzó el charco para jugar en la Virtus Bolonia. Tras vencer una peligrosa adicción a la cocaína, el mito resurgió para liderar a los Transalpinos con sus 23,5 puntos y 8 rebotes a lo largo de sus tres temporadas en Bolonia en las que el equipo conquistó una Recopa. No se retiró hasta la temporada 2000-01, con 45 años de edad, tras jugar en el Antibes de la LNB francesa. Sus piernas dijeron basta tras 25 años en la élite. Su carrera tiene un sabor agridulce, salpicada por el tufillo de las drogas pero donde el éxito también tuvo cabida.

Uno de los recuerdos más recientes que tenemos es el de Shawn Kemp. El ala-pívot siempre será recordado por liderar a los Sonics junto con Gary Payton a las Finales de 1996 pero también por una adicción a la cocaína y al alcohol que precipitaron su retirada al finalizar la temporada 02-03. Sus problemas empezaron cuando se supo que Kemp tenía siete hijos con seis mujeres diferentes, después comenzó una discordia entre la directiva de Seattle y el propio jugador que motivó su marcha a los Cavaliers. En la temporada 98-99, con motivo del lock-out, el jugador bajó la guardia hasta caer en las tentadoras garras del alcohol y la cocaína. Cuando Kemp quiso darse cuenta, el músculo se había convertido en grasa y de 118 kilos pasó a 144. La temporada siguiente, la situación era insostenible y Kemp recaló en los “Jail” Blazers. Nunca antes un vestuario congregó a tantos jugadores polémicos y problemáticos y quizás aquel no fuese el sitio más indicado para rehabilitarse. Era el principio del fin para Shawn Kemp que vio transformados sus 18 puntos y 9 rebotes en 30 minutos, en apenas 6 puntos y 3 rebotes en 15 minutos. Ese mismo verano Kemp acudió a una clínica de rehabilitación donde consiguió desintoxicarse. Al final fue cortado por los Blazers debido a su bajo rendimiento y firmó como agente libre por Orlando donde su juego experimentó una tímida mejoría. “¿Las drogas? Es algo que ocurrió hace un par de años y no tiene mayor importancia.”-respondía el ala-pívot cuando se le recordaban sus problemas con la cocaína. Pero ese mismo verano, tras un problema con la comisión antidroga, Kemp tuvo que colgar las botas. A día de hoy, Shawn Kemp trabaja sin descanso en su casa de Houston y prepara su regreso a la NBA. “Es difícil que la gente cambie su opinión sobre mí, yo solo quiero demostrarme a mí mismo lo que puedo hacer con 35 años”, declaraba este verano“The Reign Man” a “The Seattle Times”. Ahora espera una llamada que parece no llegar.

Vin Baker. El sempiterno ala-pívot recibió su enésima oportunidad de manos de Los Angeles Clippers. Tras un fantástico año como rookie, todos los analistas y entendidos situaban al jovencísimo Vin Baker entre los futuros dominadores de la liga. En el año 97 era traspasado a los Sonics en un traspaso a tres bandas que involucraba precisamente a Shawn Kemp. Por desgracia, este no es el único paralelismo que podemos establecer entre las carreras de ambos jugadores. En las muchas noches libres de la temporada del lock out, Vin Baker devoraba las frías calles de Seattle y consumía casi siempre alguna copa más de la cuenta. En apenas unos meses engordó 20 kilos y arrastrar ese tonelaje por la pista se convertía cada día en una tarea más difícil. Jugando exactamente lo mismo que la temporada anterior, Bajó sus promedios de 19 a 14 puntos, de 8 a 6 rebotes y de 54% a 45% de acierto en tiros de campo. Después llegarían temporadas plagadas de altibajos, desintoxicaciones demasiado breves, kilos perdidos con mucho esfuerzo y ganados en muy poco tiempo. Pero ni Vin Baker, ni los aficionados parecían ver la luz al final del túnel. En 2002 fue traspasado a Boston donde sus números cayeron en picado como jamás lo habían hecho antes. Deambulaba por la pista, perdía constantemente la concentración y arrastraba consigo una expresión de tristeza y de depresión. El ala-pívot tuvo más de un roce con Jim O’Brien a causa de la costumbre del jugador de llegar a los entrenamientos borracho y apestando a alcohol. A final de temporada no le quedó más remedio que acudir a un centro de rehabilitación del que salió como nuevo. Durante la pretemporada fue uno de los más destacados y acabó el primer mes de competición con unos números excelentes: 15 puntos y 7,5 rebotes en 33 minutos con un 54% de acierto en tiros de campo. Pero volvió a probar unas gotas de ese elixir maldito creyendo que ya todo estaba superado. La realidad era bien distinta, Vin Baker había vuelto a tropezar con la misma piedra, una vez más. En Febrero, los Celtics se desprendieron del jugador que cobraba 13 millones de dólares por temporada. Después ficharía como agente libre por los Knicks donde evidenció sus problemas con la bebida y sería renovado en verano (esta vez por 5 millones de dólares). Jugó 24 partidos promediando 1,4 puntos en 8 minutos con unos pésimos porcentajes de acierto en tiros de campo. Ahora vuelve a las pistas para demostrar de una vez por todas su talento, pero ahora con 34 años a sus espaldas, nadie da un duro por él.

Y de nuevo, no debemos olvidar el trágico caso de Len Bias. Corría el año 1986 y el alero de la Universidad de Maryland había cautivado a todos los ojeadores y general managers de las franquicias NBA. Len Bias lo tenía todo para triunfar: fue el máximo anotador histórico de Maryland y sus condiciones atléticas eran fantásticas. Los Celtics no dejaron pasar la oportunidad de hacerse con los servicios del jugador en el segundo puesto del draft de ese mismo año. Pero solo 48 horas después de su elección, Len Bias fallecía cuando era trasladado al hospital por un paro cardíaco. Apenas unas horas antes, el prometedor alero se había instalado en un college de Boston y en su habitación se encontraron restos de cocaína que esclarecieron los motivos de su muerte. Unos años después el hermano pequeño de Len, Jay Bias, fue asesinado por dos disparos en la cabeza. Bias no sería el único jugador maldito en aquel draft. La droga arruinó las carreras de Roy Tarpley, William Bedford y Chris Wasburn. Además Drazen Petrovic falleció antes de tiempo por culpa de un accidente de tráfico (otro día escribiré un post sobre este draft "maldito").

Por desgracia, los Thompson, Richardson, Kemp, Baker y Bias no son los únicos jugadores que han consumido drogas. Algunos jugadores de la talla de Kareem Abdul Jabbar y George Gervin también coquetearon con la cocaína y la marihuana. Hoy en día, muchos jugadores han sido sorprendidos con algún tipo de droga, como Allen Iverson, Rasheed Wallace, Damon Stoudemire, Carmelo Anthony o Chris Webber ("memorable" aquella anécdota narrada por Daimiel que hablaba de un encuentro entre la policía y Rasheed Wallace y Damon Stoudamire envueltos en una nube de humo blanco en el interior de un todoterreno amarillo, sin duda haciéndo un reconocimiento-competencia a sus vecinos estatales Vin "pipeta" Baker y Shawn "cómo me pica la nariz" Kemp"). El caso de John Lucas (del que tampoco me olvido) merece un post aparte, él y todos aquellos jugadores que han pasado por su clínica de rehabilitación (Eddie "pirado" Griffin).

Los apodos. Seattle.

The Supersonics.

Logo SuperSonic original: 1967-70
El apodo para esta franquicia, que entró en la NBA en 1967, fue inspirado por la planta de Boeing en Seattle. Un año antes, la compañía había comenzado a trabajar en un nuevo estilo de avión tipo Concorde, que iba a ser llamado el Transporte Supersónico. El avión nunca salió a la luz, pero el nombre del fallido nuevo Boeing produjo una profunda impresión en los ciudadanos de Seattle. Cuando se preguntó por el nombre de la franquicia, SuperSonics ganó de largo. El apodo es frecuentemente acortado a Sonics.

N: ¡Y yo que pesaba qué lo de Supersonicos estaba relacionado con los dibujos de Hanna-Barbera del mismo nombre! (si recordáis vivían en una torre parcida a la de Seattle)... bueno no sé, a lo mejor sí que están bastante relacionados, pero el "nickname", los de Seattle se lo deben a la compañía Boeing.













N2: Ahora la cuestión es: ¿Se merecen los SuperSonics dar su nombre a otra ciudad?

miércoles, agosto 23, 2006

El peor equipo de la historia.

A principios de temporada, cuando un equipo encadena una racha realmente mala, empiezan las comparaciones con otros pésimos equipos, sobre todo los Sixers del año 72-73. ¿Qué pasó en Philadelphia aquel año? (¡Jajaja, qué crack este José Manuel García!).

Todos tenemos fresco en nuestra memoria el recuerdo de un gran equipo liderado por Jordan, Pippen, Rodman y un largo etcétera de piezas que formaron un engranaje realmente difícil de batir. Hasta tal punto llegó su nivel de juego, que con 72 victorias lograron superar la histórica marca de 69 que tenían los Lakers de la temporada 71-72.
Si le damos la vuelta a esta historia nos encontramos con los Philadelphia 76ers de la temporada 72-73, el equipo que con los números en la mano (9 victorias por 73 derrotas) se podría considerar el peor de la historia de la NBA.

En las últimas temporadas, con la incorporación a la liga de los Bobcats, o con alguna de las débiles plantillas de los Nuggets, los más pesimistas pensaron que el record de los Sixers podría llegar a su fin, pero finalmente todos esos equipos acabaron alcanzando las dobles figuras en su casillero de victorias. Y aunque parezca mentira, algunos de los protagonistas de aquella gesta de dudoso honor querrían mantener esta marca para siempre.

“A nadie le gusta ser olvidado. Es una manera muy singular de ser recordado, pero lamentaría que alguien lo superara. Realmente espero que nadie lo consiga.” – decía el preparador físico Al Domenico -

Para que un equipo pueda perder tantos partidos se tienen que dar un cúmulo de casualidades, justo lo que le pasó a aquellos Sixers.
En julio de 1968, tras haber hecho la mejor marca de la regular season y caer en las finales de conferencia frente a los Celtics, Philadelphia traspasó a Wilt Chamberlain a los Lakers a cambio de Jerry Chambers, Archie Clark y Darrall Imhoff. Este sería el primer paso de la decadencia de los Sixers.

3 derrotas seguidas en primera ronda de playoffs precedieron a un pobre balance de 30 victorias y 52 derrotas en la temporada 71-72.
Pero fue el verano de 1972 la fecha clave para la caída de estos Sixers. La estrella del equipo, Billy Cunningham, pidió un aumento en su salario (cobraba 125.000 $ y pidió 150.000) amenazando con su marcha a la ABA en caso de que no accedieran a su petición.

El propietario del equipo, Irv Kosloff, no se tomó en serio este ultimátum, ya que en aquellos años era casi impensable que una estrella de la NBA diera el salto a la ABA, pero para su sorpresa su jugador clave se acabó marchando.
Y junto con él también salió el técnico del equipo, Jack Ramsay, que tras ver la dirección que estaba tomando la franquicia decidió cambiar de aires y pasarse al banquillo de los Búfalo Braves.

Tras sondear el mercado sin mucha fortuna, los Sixers contrataron a Roy Rubin, un entrenador sin experiencia en NBA que llevaba 11 temporadas en la universidad de Rhode Island. En aquel momento nadie habría pensado que Rubin sería el principal detonante de la pésima temporada del equipo.
No supo adaptar sus métodos universitarios a un equipo profesional, y el distanciamiento con la plantilla fue creciendo a pasos agigantados a medida que llegaban las derrotas. En los desplazamientos, Rubin se sentaba sólo en aviones y autobuses como un alma en pena. La comunicación era prácticamente nula, y las pocas veces que se dirigía a sus jugadores, éstos ya no le hacían ni caso.

“Fue una broma pesada. Como si pusieras a una adolescente al frente de una gran empresa” – dijo Fred Carter, máximo anotador de aquellos Sixers -

Pero tampoco sería justo cargar todas las culpas sobre Roy Rubin. La plantilla de Philadelphia era justita, siendo generosos, y para muestra las opiniones de un periodista que siguió al equipo durante toda la temporada:

“No había desunión entre los jugadores. Parecía como si se hubieran reunido todo ese grupo de jugadores para un único objetivo, que no era otro que el de perder partidos. Aquellos Sixers no tenían potencial. Era inevitable. En el equipo no había nadie que se pudiera convertir en mejor jugador de lo que era a principios de temporada. Nadie.”

Tras el primer partido de liga en casa, la prensa de Philadelphia ya anticipaba lo que les venía encima:

”Un partido no hace una temporada, pero si esta derrota es un anticipo de las cosas que están por venir, lo mejor que podrían hacer los Sixers es cancelar su calendario”

Y eso que sólo perdieron 100-105 contra Seattle. Pero el periodista atinó con su predicción. Con un mes de competición el balance del equipo era de 0-15, igualando el peor arranque de la competición que ostentaban los Cleveland Cavaliers desde el año 1970.

Después de perder los primeros diez partidos de regular season, Philadelphia comenzó a hacer movimientos en una plantilla que a lo largo de la temporada tuvo un total de 19 componentes. Mel Counts y Bill Bridges se fueron a los Lakers a cambio de Leroy Ellis y John Q. Trapp, que durante casi un cuarto de siglo tuvieron el honor de figurar en una pregunta de trivial del estilo ¿Qué jugadores jugaron en el mejor y en el peor equipo de la historia de la NBA en 2 temporadas consecutivas?

John Trapp era un personaje bastante peculiar. Entre una buena colección de anécdotas, hay que destacar un partido que jugaron en Detroit en víspera de la navidad. El entrenador Rubin llamó a Trapp para enviarlo al banquillo. El jugador se negó a abandonar la pista, señalando a un grupo de amigos suyos que había detrás del banquillo. Rubin echó la mirada hacia la grada, y como si estuviera en medio de una película de gangsters, vio como uno de ellos abría su abrigo mostrando que llevaba una pistola. Obviamente, Trapp no fue sustituido, aunque a principios de febrero lo cortaron.

Al día siguiente de su decimoquinta derrota, los Sixers consiguieron su primer triunfo derrotando 114-112 a Houston en un encuentro disputado en San Antonio, gracias principalmente a los 31 puntos de John Block. Después del partido celebraron una gran fiesta como si acabasen de ganar el anillo, aunque hubo algún jugador que se borró del festejo por vergüenza torera. Esta sería una de las pocas alegrías que tendrían ese año.

Otro momento feliz fue la primera victoria en casa, que llegó tras casi 2 meses de competición al derrotar 122-117 a los Kansas City Kings. Tal fue la alegría de la directiva, que regalaron una entrada a cada uno de los 2.897 espectadores que hubo en el partido.

En el día de reyes tuvo lugar el episodio más triste de todo la temporada. Una pelea en los últimos minutos de un partido que jugaban en Portland se convirtió en una masacre que cuanto menos está a la altura del episodio que vivimos el año pasado en el Palace de Auburn Hills. Tras varios intercambios de golpes, patadas y melés entre los jugadores de ambos equipos y también con los aficionados de Portland, el parte de guerra fue el siguiente:
Mike Price necesitó 14 puntos para cerrar las heridas de su mano, Dale Schlueter tuvo una contusión craneal fruto de los golpes recibidos, y por parte de los Blazers el más afectado fue Terry Dischinger, que tuvo que recoger del suelo varios de sus dientes. Los más valientes del público se atrevieron a enfrentarse y a sufrir la ira de Schlueter, todo un pívot de casi 7 pies.

Después de este partido se llegó al ecuador de la regular season, y Philadelphia sólo había conseguido 3 victorias en 41 partidos. Lógicamente el crédito de Roy Rubin para seguir al frente del equipo estaba bajo mínimos, y en el calendario estaba marcado el día 23 de enero, fecha en la que se iba a disputar el All-Star. El cambio de técnico se realizaría ese fin de semana aprovechando que habría unos días sin partidos.

Pero antes de que Rubin se despidiera del banquillo de los Sixers (y de los de la NBA, ya que nunca volvió a entrenar en la liga), aún tuvo tiempo de cosechar la cuarta victoria de la temporada derrotando a Seattle 85-82. El único pero que se le puede objetar a este triunfo, es que los jugadores de los Sonics querían deshacerse de su entrenador Tom Nissalke, y vieron en el partido contra los Sixers la ocasión propicia …

“Nissalke gritaba que su equipo había echado a perder el partido. Y allí estábamos nosotros, que apenas teníamos victorias, y la última cosa que necesitábamos es que nos insultaran diciéndonos que nos habían regalado el partido” – declaró Fred Carter tras el partido -

Tras el All-Star llegó el ansiado cambio en el banquillo, y el elegido fue Kevin Loughery, que desempeñaría la función de entrenador/jugador. Cogió las riendas del equipo con un balance de 4-47, y pocos días después culminaban una racha de 20 derrotas consecutivas que les dejaba a 11 de febrero con un 4-58.

“Un día nos quedamos atrapados en una tormenta de nieve camino de Portland. El partido tenía que empezar a las 8, pero no llegamos al pabellón hasta las 10. Ahí estaba todo el mundo esperando nuestra llegada, porque sabíanque con nuestra presencia su victoria estaba asegurada. Eramos el equipo balneario. Curábamos los males de todos nuestros rivales.”
– comentó años después el entrenador Loughery -

Pero en ese momento sucedió lo inesperado, los Sixers comenzaron a ganar partidos, consiguiendo 5 victorias en 7 encuentros en una segunda mitad de febrero que se podría calificar de milagrosa. Tras la última victoria de esta racha, en casa frente a Baltimore, se permitieron el lujo de poner el siguiente mensaje en el marcador:

“¿Quién será el siguiente? Atlanta, el viernes por la noche”

Pero con el final de febrero se cerró el grifo de las victorias de los Sixers, que acabaron la temporada casi de la misma manera que la comenzaron, perdiendo 13 partidos seguidos.

“Recuerdo que a final de la temporada hubo un banquete en el que me iban a entregar el trofeo al MVP del equipo. No quise ir porque estaba avergonzado. No sabía si me lo daban por llevar al equipo a 9 victorias o por liderarlos a 73 derrotas. Todavía no tengo claro porqué me querían dar ese trofeo” – Fred Carter, máximo anotador del peor equipo de la historia -.

Por José Manuel García, encancha.com (a esto le llaman los críticos de cine saber "mantener el pulso narrativo", jaja).

lunes, agosto 21, 2006

Dwight Howard, mi nuevo ídolo.

De todos es conocida mi afición por los pívots. Es evidente que resulta mucho más atractivo el juego de un base o un escolta por su espectacularidad, pero los buenos aficionados al basket deben saber apreciar el juego bajo tableros de los jugadores más grandes, porque en ellos reside la base de este juego. A lo largo de los años ha habido montones de jugadores interiores que nos han hecho disfrutar de lo lindo con sus habilidades para introducir la pelota por el aro con sus movimientos bajo el poste, su dominio, su juego con los pies, su muñequita y su tirito a 4 o 5 metros del aro... también es obvio que mi jugador favorito es Wilt Chamberlain y de jugadores altos actuales me ha fascinado Webber, he disfrutado por su puesto con Shaquille O'neal, Brad Miller, Chris Kaman (Tim Duncan no me gusta, lo siento), Kevin Garnett, Karl Malone... este último probablemente ha sido el de mayor nivel que yo he podido disfrutar, porque Olajuwon Ewing, Brackley, etc., no llegaron muy finos a los finales de los 90. Inpresionante Karl Malone, el jugador de baloncesto más cuadrado que yo he visto, no era de los que mejor me caían pero era un verdadero crack, quizás aquellas finales frente a los Bulls hayan sido lo mejor que nos ha deparado la NBA desde finales de los 80.

Toda esta introducción para hablar de un jugador, el último jugador con el que estoy ilusionado: Dwight Howard. Desde el primer momento en que éste fue elegido 1º del draft siguiente al de LeBron James y Dwyane Wade, todos sabíamos que iba para estrella indiscutible. Tenía 18 años y con pinta de niño grande cuidado entre algodones, sabedores sus valedores del potencial de este chico. Lo que yo observé es eso mismo, un potencial espectacualr, pero basado sobre todo en su poderoso físico. Un físico reservado como siempre a unos pocos afortunados, en la línea de lo que viene siendo el baloncesto NBA estos últimos años, cada vez más físico y menos instrucción académica. Está claro que ni LeBron James, ni Dwyane Wade, ni Dwight Howard son precisamente un ejemplo a seguir en sus fundamentos baloncestísticos, ¡pero cualquiera les discute que son los mejores! Primero fueron los Kobe Bryant's, que tampoco traían fundamentos académicos pero sí recursos baloncestísticos de toda clase, propios de genios del basket, desarrollados a base de machacarse disfrutando jugando día tras día, todo el rato con un balón entre las manos; ahora son tipos que nacen con un físico preparado para jugar al baloncesto.

La primera comparación que se ha hecho de Dwight Howard ha sido precisamente con Karl Malone y, sin duda, después de ver su evolución de este verano y leyendo lo que nos decía nuestro amigo McMillan de las 5200 calorías, se puede concluír que si en algo se parecen Malone y Howard en musculatura a de ser lo primero. Pero a mi me recuerda más a otro. A mí me recuerda a Wilt Chamberlain, y voy a explicar por qué. No se trata de un mero capricho por mi parte. Es obvio que Wilt Chamberlain era un pívot, pero ni Jabbar, ni Parish, ni Moses Malone, ni Olajuwon, ni Ewing se parecían a él, ni siquiera Shaquille O'neal. Estamos hablando de un jugador de los años 60, el físico de O´neal no se puede comparar con el de nadie, ni siquiera su forma de jugar (O'neal es un poco bruto, no tiene sensibilidad en la muñeca), de todos modos el dominio en sus respectivas épocas es comparable, y ahí es dónde debe comparárseles. Sin embargo Howard no tiene nada que ver. Estamos hablando de un jugador de yo creo que más de 2'10 (2'11 oficiales), su físico es muy parecido al de Wilt Chamberlain aunque no me refiero a esos bíceps del siglo XXI, me refiero más bien a su porte fisico. Su planta, su puesta en cancha, es muy parecida a la de Wilt Chamberlain y su manera de moverse también. Howard de momento no tiene mano, su juego se basa a día de hoy en su físico y en su posicionamiento debajo del aro y destaca, sobre todo, por su capacidad para el rebote, pero claro, su fisico y sus cualidades le permiten meter 15 por partido sin despeinarse (de momento), para mí va a ser inmediatamente el jugador mas dominante en laz zona junto con tim Duncan (en lo que respecta a dominio bajo el aro incluso más que Garnett, por ejemplo, que es má alero). En la comparación con Chamberlain me estoy refiriendo a una especie de reencarnacion como en su día hice entre LeBron James y Oscar Robertson, quiero decir exactamente, que si tu coges a Howard y lo plantas en los años 60 o coges a Chamberlain y lo plantas ahora serían muy parecidos, algo muy parecido hubiesen hecho (también tenéis que ponerle algo de imaginación) y, desde luego, al final cada jugador es único y tiene sus peculiaridades, solo podemos hablar de comparaciones (estoy ya harto de la frasecita "ese es el nuevo...no sé qué"). Me ha llamado la atención en este Mundial de Japón ver los brazos de Howard (¿qué le han dado de comer este verano exactamente McMillan?) y de ahí viene este post pendiente desde hace tiempo (quiero decir que lo de los brazos no es más que una razón más que me hace ir confirmando los pronósticos sobre este chico). 20 puntos 20 rebotes es lo que creo que más se le acerca a este chaval (tiene 2 años menos que yo) y me recuerda una vez más a Wilt Chamberlan, esta vez en su temporadas en los 76ers cuándo ganó el anillo haciendo 24 puntos, 24 rebotes y de paso 8 asistencias por partido, "porque su entrenador se lo había pedido" (está claro que Howard se parece más a esta versión medio forzada de Chamberlain, porque el Chamberlain total conocido por todos era "un poquito" más anotador).

Para terminar decir que de momento todo parece marchar según pensamos y deseamos algunos, Dwight Howard va a explotar esta temporada y va a ser All-Star en breve.

martes, agosto 15, 2006

1959, Wilt Chamberlain... 1984, Michael Jordan. 2003, LeBron James y Dwyane Wade.

LeBron James, ¿por qué "el elegido"?

LeBron James es el jugador de baloncesto más prodigioso visto desde Jordan. Desde Jordan porque de momento tan solo tiene 21 años y por muy bueno que sea tiene que pasar el ciclo que pasa todo deportista, es decir, qué como baloncestista que es no va a alcanzar su mejor nivel, el de la madurez como jugador, hasta los 28 años más o menos. Entonces, aún haciendo los números que hace, tenemos que hablar de momento de potencialidad. Por un instante apartemos nuestros antrópologicos prejuicios y olvidémonos de la comparación con Wade. Viendo jugar a James te das cuenta, en primer lugar y sobre todo, que es un jugador con un físico privilegiado; lo único que ocurre es que normalmente cuando utilizamos esta expresión solemos hacerlo para hablar de jugadores con físicos imponentes en el sentido de su poderío físico. También, si por algo se definió Jordan en la base es por su extraordinario físico, aunque esta vez por su agilidad, versatilidad, salto, superación, etc; en resumen, un tipo que tuvo durante toda su carrera porcentajes de grasa media en su cuerpo de tan solo entre el 3 y el 8 %. Pero es que LeBron James es una mezcla de las dos cosas, poderío junto con las virtudes físicas de Jordan (para entendernos), incluso me atrevo a decir que superiores (0% de grasa media en el cuerpo). Más rápido que Flash (no me refiero a Wade) midiendo un mínimo de 2 metros, pesando más de 100 kilos (solo hay que verlo en la tele para ver lo grande y fuerte que es). En este caso no nos llega con utilizar la clásica frase de "mide 2 metros y se mueve como si midiese 1'80", porque mide 2'03 oficiales (aunque Daimiel esté pesado con lo de las alturas) y se mueve como nadie... nunca. Es rápido como un rayo: impresionante aquella jugada en la que se cayó al suelo en un robo, se levantó y en un instante apareció en el aro rival para culminar el propio contragolpe que él mismo había iniciado (una imagen que repitieron hasta la saciedad). La superioridad de LeBron James llega hasta el punto en que a veces no hace falta ni mirar a los árbitros porque sabes perfectamente que observándolo a él la mayoría de las veces todo lo que se pite va a caer en su favor, no porque se haya ganado el respeto de los árbitros (obvio), sino por lo bueno que es, hasta el punto que lo hace todo automáticamente, como si de un ciborg se tratase; un ciborg programado para ser perfecto, para que no le piten pasos cuando los parezcan. Mi conclusión sobre LeBron James es que reune el dominio de un pívot dominante y las cualidades de un alero superestrella, megaestrella (y ésta vez término indiscutible). Hay que conocer los puntos débiles de los jugadores porque hay que tener prejuicios para elegir, ya que en otro caso te gustarían todos los jugadores y todos no te pueden gustar, es una característica del pensamiento humano. *Contras de James: el tiro de 2 (algo que se puede mejorar, quiero decir, si lo necesita lo va a hacer, no es algo que te quede para siempre y menos para él) y su juvetud (¿también mejorable, no?, aunque no le haga falta). El primer jugador dominante 'no pivot' después de Jordan (son excepciones). Va a dominar la NBA como lo hicieron Wilt Chamberlain y Michael Jordan (y solo ellos dos).

Tanto esta foto como la siguiente de Dwyane Wade son fondos de pantalla sacados de las páginas oficiales de estos dos jugadores. Concretamente éste de LeBron "King" James es el que tengo yo desde hace tiempo en mi ordenador, solo tenéis que pinchar sobre la foto y guardar la imagen en tamaño original para poder ponerla en vuestros ordenadores de fondo de pantalla.

Dwyane Wade, ¿Flash?, más bien Superman (¡ah, claro, qué ese ya esta escogido para O'neal! ¡Pues vale, dejémoslo en Flash!).

¿Pero realmente Flash define todo el potencial de este jugador? La respuesta es fácil: NO. Wade es un superhombre que juega al baloncesto, o más completo aún, Wade es la nueva estrella de la marvel: Superman, Spiderman, Batman, y ahora Dwyane Wade. ¿Cómo un jugador de 1'93 puede tener una superioridad tan aplastante sobre el resto de jugadores que le rodean? ¿Por qué 'uno' es tan superior a los demás? La respuesta vuelve a ser la misma, el físico. Wade es poseedor del otro físico más prodigioso desde Michael Jordan y, otra vez, yo me atrevería a decir que superior (vale, vale, ya sé que es Jordán). El matiz está en que Wade, al ser más bajo, tiene el físico que Dios le otorgó señalándolo con un dedo (como a Jordan) pero adaptado a sus características. Como es más pequeño y es más base que alero (a diferencia de James), entonces, la genética de Wade tuvo que adaptarse a su medio proporcionándole al chaval unas piernas que hacen de muelles que superen el obstáculo y su limitación en la altura, así "solo" tiene que saltar más de un metro para destrozar el aro sin ningún tipo de remordimiento sobre los tipos a los que pasa por encima: "me paso el balón entre las piernas para un lado, me lo paso para el otro y, ¡flash!, me fui por aquí, pegué un bote y machaqué el aro sin contemplación". La diferencia con LeBron James es que éste, como superman que es, no deja de ser un hombre, aunque "super" (dicho así suena un poco 'cursi'). LeBron James no es un hombre, es un robot, un semidios, un 'superguerrero legendario'. ¿Con quién nos quedamos? ¿Con la costilla de Jordan de la que salió Wade, con sus valores pero desbordando el vaso, hasta el punto que todo es un desparrame de grandeza y pornografía baloncestística? (aquí ya no hay cuentos, ni leyendas, ni gaitas, éste llega y en 2 años se casca un título, es un tio de 1'93 que hace 7 asistencias, 7 rebotes, 27 puntos, pfff...) ¿O con el otro; James, el señalado, el que tiene la marca de "el elegido", el de la leyenda, que no está haciendo ni va a hacer leyenda, sino que su leyenda ya está escrita. Uno ya tiene un anillo, el otro no, Chamberlain tuvo muchos problemas para ganar un anillo, Oscar Robertson solo ganó uno al final de su carrera, ¿LeBron lo ganará? ¿Encontrarán sus compañeros, el entrenador, el manager, el propietario, la fórmula para formar un equipo con James? Como alguién dijere: "todos para uno, uno para todos" (¿true wolf?) ¿Es esa la fórmula para el éxito de James? Porque si algo no va a cambiar nunca es el concepto de equipo para ganar un anillo, ya puede venir Dios mismo a jugar al baloncesto que si no juega en un 'equipo' no va a ganar nada.

LeBron vs Wade, el mejor partido hasta la fecha entre estas dos superestrellas. Quizá el que mejor refleje la comparación entre estos dos 'grandes'. Si no os apetece ver el vídeo entero no dejéis de ver el final, porque el resultado del partido y los números de cada jugador al terminar el encuentro (y cómo termina) son muy significativos.

domingo, agosto 13, 2006

De un viaje que pudo cambiar el destino de la NBA.

¿Os imagináis una NBA sin los Lakers? Indudablemente muchas rivalidades, recuerdos, etc, están ligados a este equipo, pero hace mucho tiempo ya por una noche estuvieron a punto de desaparecer.

En 1980 Kareem Abdul-Jabbar participó en la comedia Aterriza como puedas, pero esta experiencia no era la primera que tenía algún jugador de los Lakers con el mundo de las catástrofes en la aviación.

El 17 de enero de 1960 los Minneapolis Lakers perdían su partido frente a los Saint Louis Hawks, y se disponían a regresar a casa. Tras haber perdido las Finales de la temporada anterior contra los Boston Celtics el que equipo no andaba muy bien esa temporada, y los rumores del traslado de la franquicia estaban cogiendo mucha fuerza.

A pesar de la tacañería de Bob Short -el propietario de los Lakers en aquella época- la franquicia ya disponía de su propio avión privado, un magnífico ejemplar de DC-3 procedente de la segunda guerra mundial que les estaba esperando en el aeropuerto.

El equipo llegó a las 17:30, pero una fuerte tormenta mantenía el aeropuerto cerrado. Los mecánicos aprovecharon esta demora para seguir trabajando en los crónicos problemas que tenían los generadores del avión.

Finalmente, tres horas después de lo esperado, el piloto Vern Ullman decidía que era el momento propicio para salir.

La reciente derrota no hizo que los jugadores de los Lakers cambiaran su costumbre de amenizar los desplazamientos aéreos con las habituales partidas de póker, pero al poco tiempo de comenzar la primera mano se apagaron todas las luces.

Este hecho no pareció preocupar mucho a los integrantes de la plantilla, que simplemente sacaron una linterna y prosiguieron con el juego.

Pensé que uno de los chicos estaba gastando una broma –dijo el entrenador Jim Pollard- pero cuando me acerqué a la cabina y vi al copiloto iluminando con una lamparita el panel de mandos comencé a preocuparme.

Estaba claro que aquello no era una broma. El capitán del avión le informó que los famosos generadores acababan de romperse y que la batería restante ya se había agotado, por lo que no tenían electricidad. O dicho con otras palabras, se habían quedado sin luces, radio, instrumentos para orientarse, etc, tan sólo les quedaba una brújula, su única esperanza.

Debido a las malas condiciones climatológicas, se descartó la opción de intentar remontar la tormenta para volver a Saint Louis.

Se encomendaron a la experiencia del piloto (veterano de la II Guerra Mundial y la de Corea) para poder llegar sanos y salvos a Minneapolis, pero como si se tratara del borrador del guión de Aterriza como puedas, sucedió lo inevitable, la brújula también se estropeó.

En ese preciso instante, los jugadores comenzaron a temer seriamente por su destino.

Elgin Baylor, la estrella del equipo, yacía enrollado con una manta en una esquina del pasillo. El jugador conocido como Motormouth por su capacidad de hablar continuamente, quizás habría estado más tranquilo si el pívot Jim ‘Boomer’ Krebs no le hubiera dicho días antes que tenía el presentimiento de que el avión se iba a estrellar.

El propio Krebs en un arranque de nervios comenzó a hacer todo tipo de promesas que cumpliría en caso de salir bien parados de aquella pesadilla. En el momento que dijo "Juro que nunca más volveré a hacer trampas jugando a las cartas" el resto de la plantilla comprendió la gravedad de la situación.

Después de pasar casi cinco horas en lo que debería haber sido un plácido trayecto de apenas 800 kilómetros, el copiloto apareció para dar a conocer las esperadas malas noticias. "Estamos perdidos. Ni siquiera sabemos sobre que estado estamos volando. No sabemos cuanta gasolina nos queda, pero después de tanto tiempo el depósito estará prácticamente seco. Hemos bajado por debajo de la tormenta a unos 500 pies de altura y hemos visto algunas luces, parece una ciudad. Hemos hecho una ráfaga de luces con la esperanza de que nos divisara un aeropuerto, pero no ha habido suerte. Hemos distinguido algo que parece un campo de trigo cubierto de nieve. El capitán cree que es nuestra mejor oportunidad.

"Vamos a por él" –sentenció el alero Hot Rod Hundley.

El avión comenzó a volar en círculos para ir descubriendo el terreno, pero estaba claro que no iba a ser una tarea sencilla. En un momento de esta fase de observación, se veía tan poco que estuvieron a punto de chocar contra una arboleda. "Un par de segundos más en aquella dirección y nos habríamos estrellado sin remedio"

Tras otro intento fallido, finalmente consiguieron las condiciones precisas para intentar un aterrizaje que acabarían culminando con gran éxito.

"Podría haber estado de pie en el pasillo con un vaso lleno, que no se me habría caído ni una gota", dijo poco después el entrenador Jim Pollard.

Toda la plantilla nada más sentir el contacto con el suelo se quedó más congelada de lo que estaba, pero segundos después saltaban por la puerta del avión y comenzaban a tirarse bolas de nieve los unos a los otros. Había que descargar toda la adrenalina que llevaban acumulando durante 5 horas, y es que fue a la 1:30 cuando llegaron a su destino inesperado: Carroll, Iowa, a algo más de 100 kilómetros de Minneapolis.

El detalle macabro de la noche lo dio el primer lugareño en acudir al lugar, Joe Twit, el dueño de la funeraria, que al vivir justo al lado acudió raudo y veloz con su vehículo de faena. Elgin Baylor, una vez recuperadas sus habilidades oratorias, no dudó en decirle "Lo sentimos, pero esta noche no tendrás trabajo.

Rápidamente la multitud que se había formado entorno el avión transportó a todos los componentes del equipo a un hotel. Una vez allí todos comenzaron a avisar a sus respectivas familias, que lógicamente se quedaron atónitas al conocer con detalle lo que había sucedido aquella noche, menos en el caso de la mujer del alero Larry Faust (más conocido como Desert Head, por sus habituales excusas a la hora de llegar tarde a casa) que simplemente le dijo que volviera a llamar cuando estuviera sobrio.

Ya en las habitaciones, los jugadores aún no tenían ganas de dormir con tanto ajetreo, por eso decidieron que lo mejor sería acabar esa partida de póker que habían dejado a medias. Como era de esperar, en la primera mano, Baylor pilló a Jim ‘Boomer’ Krebs haciendo trampas.

La siguiente temporada la franquicia se acabaría mudando a Los Angeles, donde comenzaría una etapa nueva de la mano de su novato Jerry West, y por supuesto estrenando un nuevo avión.

Por Jose Manuel García (que, obviamente, no soy yo).

La misma historia por una voz más autorizada pero en inglés: "by Stew Thornley, author of Basketball’s Original Dynasty: The History of the Lakers"
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La expedición del Manchester United que en 1958 regresaba de disputar un partido en Belgrado no corrió la misma suerte que la de los jugadores de los Lakers dos años más tarde. Siete jugadores fallecieron, entre ellos el gran Duncan Edwards, cuya figura fue mitificada tras la prolongada agonía que mantuvo durante dieciseis días hasta que finalmente falleció. Según el propio Bobby Charlton (superviviente en el accidente) Edwards es el único jugador frente al que se sintió en inferioridad (futbolísticamente hablando, vamos, que era muy bueno).

Duncan Edwards

Lo del Manchester sí que es de mi factura (última gran frase que he aprendido: "unos son más iguales que otros", George Orwell).

sábado, agosto 12, 2006

¿Sabías qué ... (dedicado a sixers29 y a todos los sufridores aficionados de los actuales Philadelphia 76ers).

... hace 10 años se produjo el traspaso más extravagante del baloncesto americano?

Bill Neff, actual agente de jugadores como Troy Hudson, Kevin Ollie, Jason Hart, Matt Barnes e incluso del tinerfeño Bernard Hopkins, logró en 1994 que su representado Edmond Wilson, que por aquel entonces estaba jugando en los Wichita Fall Texans de la CBA, fuera traspasado a los Oklahoma City Cavalry a cambio de tres sudaderas y 3 jerséis.
Gracias a este traspaso podemos comprender como algunos de los jugadores anteriormente citados han podido conseguir unos contratos tan lucrativos.

Sixers 2006-07 Roster

NUM PLAYER

21 Matt Barnes
14 Edin Bavcic
5 Michael Bradley
25 Rodney Carney
1 Samuel Dalembert
33 Willie Green
45 Steven Hunter
9 Andre Iguodala
3 Allen Iverson
11 Bobby Jones
26 Kyle Korver
12 Kevin Ollie
42 Shavlik Randolph
4 Chris Webber
23 Louis Williams

Por una vez sobran las fotos (y también sobran los comentarios).

viernes, agosto 11, 2006

Los apodos. Philadelphia.

The 76ers.

Fundado como un equipo de la National Basketball League (los Syracuse Nationals) en 1946, el club se pasó a la NBA y fue comprado en 1963 por Irv Kosloff y Ike Richman (tiene gracia lo del apellido, muahahaha...) y relocalizado en Philadelphia. El equipo fue renombrado los 76ers en honor a la firma de la Declaración de Independencia el 4 de Julio de 1776, en el Independence Hall, localizado en Philadelphia. El equipo también es frecuentemente denominado como los Sixers.

Philadelphia 76ers 1967 NBA Champions (para algunos el mejor equipo de la historia).

Standing Wally Jones (3rd from left), Billy Melchioni (4th from left), Matt Goukas (5th from left), Jack Ramsey (extreme right). Sitting/first row - Wilt Chamberlain (1st on left), Billy Cunningham (2nd from right).
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Syracuse Nationals 1955 NBA Champions

Syracuse Nationals - (top row, left to right) Red Rocha, Jim Tucker, John Kerr, Earl Lloyd, Dolph Schayes; (bottom row, left to right) Capt. Paul Seymour, Bill Kenville, Wally Osterkorn, Dick Farley, George King, Coach Al Cervi.

jueves, agosto 10, 2006

Los apodos. New York.

The Knicks

Logo Knickerbocker 'padre'.

El término Knickerbockers se refiere a los tempranos colonos holandeses que vinieron a lo que hoy día es Nueva York (Nueva Amsterdam holandesa en un principio), y sus "rolled-up-just-below-the-knee trousers" (más o menos pantalones abombados apenas bajo la rodilla; o sea, los típicos de la época: siglos XVII-XVIII), llamados knickerbockers, o knickers (así que ya podéis empezar a llamarle a los Knicks Knickers si queréis y, de paso, podéis hacer una demostración de preciosa sabiduría deportiva con vuestros amigos).

Ahí va andando el hombre del "logo" fundador de los Knicks (es que se parecen tanto...).

El nombre había llegado a ser sinónimo con la ciudad. Según Fred Podesta, ayudante del fundador del club Ned Irish, nombrar al equipo Knickerbockers fue simple. "Todos nosotros pusimos un nombre en un sombrero, y cuando los sacamos fuera, la mayoría de ellos decían Knickerbockers". El apodo es normalmente acortado a Knicks.

New York Knickerbockers 1946-47

viernes, agosto 04, 2006

¿El fin de la reconstrucción? IIIª Parte.

Esta tercera parte en realidad debería ser la primera. En este último capítulo tan solo quiero exponer las razones que me han llevado a realizar esta exposición por entregas sobre el deseado resurgir de los Celtics (a parte de la inspiración que me produjo el post de wayne robinson sobre Len Bias). Las razones estrictamente baloncestísticas que me han llevado a plantear esta cuestión son muy sencillas: por primera vez en muchos años me da ha dado la sensación de que los Celtics han empezado a moverse y que lo han hecho más o menos bien; eso sí, todavía están muy, muy lejos de finalizar la reconstrucción, pero los cimientos que se han puesto este verano, junto con Gerald Green y el resto de 'prenatales' que le han acompañado estos últimísimos años me parecen una buena base.

A Gerald Green hemos tenido oportunidad de verlo muy poquito en los partidos de la basura de esta última temporada, en la que los Celtics ya no se jugaban nada. Lo que yo he visto es lo siguiente: es sobre todo un anotador y un excepcional matador, pero con potencial de megaestrella. El problema es que es imposible que llegue al nivel de LeBron James o Dwyane Wade. Para mí sería la base del nuevo proyecto de reconstrucción (Paul Pierce sería su mentor). De momento, como bien dijo en su momento juanejo, lo veo fifty-fifty entre la "cárcel" y el estrellato baloncestístico. En el pack Gerald Green iría también incluido Ryan Gomes. El otro del pack, Justin Reed, me parecía un jugador muy interesante para los Celtics, un físico increíble, un error deshacerse de él.

Los movimientos draft-traspasos de este verano han traído, sobre todo, a Rajon Rondo, que puede cuajar bien en los Celtics.

Por supuesto los Celtics siguen comentiendo desde mi punto de vista muchos errores, y la mayor parte de jóvenes promesas y veteranos que se ha traído Ainge no los veo acertados. Sin embargo hay muy buenos jugadores y, al menos, hace que uno se ilusione con ver si el equipo funciona la temporada que viene y, sobre todo, cuál será la evolución de Gerald Green y también Rondo y los demás, ahí es donde realmente reside el futuro de los Celtics, sino la reconstrucción será infinita.

No sé por qué razón Ainge a decidido cambiar el estilo de los Celtics, espero que no esté equivocado. 'Doc' Rivers; echan a Antoine Walker y se trae a Telfair, ya se ha dicho que Ainge quiere un equipo del Oeste, para los más puristas esto es un error y yo me encuentro entre ellos. El problema de los Celtics no es que jueguen así o 'asá', sino que no acierten en el draft, en los traspasos, etc... a lo mejor me equivoco, pero le deseo lo mejor a los Celtics. Por lo pronto los Celtics van a seguir aspirando a muy poco, pero si Gerald Green y Rondo funcionan, las cosas se volverán mucho más sencillas.

miércoles, agosto 02, 2006

¿Sabías qué ... (mientras termino la IIIª entrega sobre el resurgir de los Celtics).

... hace muchos años una de las estrellas de los Celtics hacía también las funciones de "cheerleader"?

Seguramente ninguno de nosotros imaginamos a Larry Bird o a Paul Pierce amenizando con un baile un descanso, pero años atrás algo muy parecido sucedía habitualmente en el Boston Arena.

En la temporada 1949-50 jugaba en los Celtics el novato Tony Lavelli. Este jugador venía de la NCAA con un gran pedigrí tras haber superado el record anotador que poseía George Mikan. Pero el don de la anotación no era el único que poseía Lavelli, ya que además era un virtuoso del acordeón, y una de sus exigencias para jugar en Boston fue la de salir en los descansos para deleitar al público con algunas de sus piezas.

Su paso tan sólo duró 2 temporadas. Después estuvo varios años con los Harlem Globetrotters (y con su acordeón), e incluso llegó a formar parte de alguna prestigiosa orquesta.

Mis parecidos: este sí que es de McMillan.

El parecido razonable de Zach Randolph
ya lo posteé en su momento y es mundialmente conocido: Eddie Winslow (Darius McCrary, "Cosas de casa"). Pero ahora añado el parecido que nos ha aportado nuestro amigo baloncestístico McMillan: Theo Huxtable (Malcolm-Jamal Warner -el hijo mayor de Bill Cosby en "El Show de Bill Cosby", para entendernos-). ¿Qué quieres que te diga, me recuerda a Carmelo Anthony, David Robinson, Kevin Willis, etc... XD.